domingo, 15 de marzo de 2009

Las verduras de la Ching Hai


Las verduras de la Ching Hai
¡Claro! Como creen que uno se puede reencarnar en un animal, les da miedo comerse a su abuelo...


La Suma Maestra vietnamita Ching Hai es, al igual que Adolfo Hitler, una vegetariana. Le fascinan las verduras. Sobre todo la soja. ¡La soja la enloquece! Sin embargo, las carnes, es que no las puede ni ver. Nada, despreciaría cualquier cosa que sea carne: un churrasco argentino, un buen chorizo español, una hamburguesa de McDonald’s, unos tacos al pastor mexicanos... Exacto; sí, sí... Todo lo que sea carne le da náusea... ¡Náusea!

Pero ella tiene sus motivos. Eso sí parece que lo tiene clarísimo: el cuerpo humano no está estructurado para comer carne. Tan sencillo como esto. Según ella, está demostrado que, por tener nosotros un intestino tan largo, la carne da origen a unas toxinas que inciden ulteriormente sobre el hígado, los riñones, los mismos intestinos... produce cáncer, cirrosis, problemas cardiovasculares... ¡Bendita carne! Entonces ¿de qué se mueren los miembros de esta secta? Porque si comen soja supongo que no morirán de nada de esto. Si tienen sano el hígado, y el corazón, y el colesterol, y los riñones, y los intestinos... y no sufren cáncer, ni cirrosis, ni... ¿De qué se mueren? ¿De pena? A lo mejor se mueren de pena, porque comer siempre soja... A lo mejor se mueren de envidia, porque ver comer un sabroso bocadillo de chorizo y seguir comiendo soja... ¡A de costar, eh!

Además, otro argumento contundente de la Ching Hai: muchas religiones orientales prohíben el consumo de carne. De acuerdo. Esto sí que es verdad. Innegable. Pero ¿y qué? ¡Nosotros no somos orientales! A lo mejor es que en la India no hay chorizo ni taquitos ni hamburguesas ¿Y qué? ¿Qué culpa tenemos aquí?

Lo que pasa, querida Ching Hai, es que detrás de esta norma anti-carne hay unos motivos religiosos bien claros. Y aquí entramos ya en la religiosidad que promueve el new age. En realidad lo que buscan los orientales y vegetarianos es envolver sus creencias en ciencia, pero el motivo real y auténtico es la religión. ¡Claro! Como creen que uno se puede reencarnar en un animal, les da miedo comerse a su abuelo... Entonces el asunto es otro. Nada de cirrosis ni de colesterol; el problema es que los gurús no quieren comerse a su abuelo reencarnado en un puerco o en un conejo. Esto es comprensible y hasta me parece bien. Pero el rollo de la reencarnación es para ellos, pues los cristianos creemos en la resurrección, y por eso nuestro abuelo no se convertirá después es un sabroso cordero, sino que estará en el cielo gozando de Dios (si es que se ha portado bien).

Además, resulta que la Ching Hai tiene cinco preceptos muy claros, y el primero es éste: “Procura vivir como un ser sensible”. Se supone que se refiere a que debemos vivir como animales, pues, de otro modo, diría “procura vivir como ser racional”. Y supongo, además, que la lógica debe ser: el racional se come al sensible, el sensible al vegetal, etc. Por eso añade después la Ching Hai: “de este precepto se sigue que debemos guardar una dieta vegetariana o lacteo-vegetariana”. Pero, vamos a ver, aquí hay algo que no entiendo bien. Si debemos ser como animales, entonces ¡ojo!, hay animales que comen carne; no todos los animales son vegetarianos, ¡que conste! Algunos se toman también sus buenos platos de res, de cordero, de conejo, etc. Por lo tanto, no está clara la relación entre una cosa y la otra. De acuerdo en que las vacas de la India comen hierba, pero los leones no se conforman con un plato de soja...

Así que las cosas claras. Si uno no come carne porque no le gusta, pues allá él. No tiene nada de malo comer verdura en vez de carne por motivos de salud o por gusto alimenticio. Cada cual que coma lo que quiera. Aunque, dicho sea de paso, dicen que tomar sólo hierbas no es bueno. Pero eso ya es problema de cada uno. Lo que no está bien es que la Ching Hai nos amenace con el cáncer. ¡Por favor! No está bien que creamos en la reencarnación, y, menos aún, en que nos estamos comiendo al abuelo. Eso ya no está bien. Así que nada de mezclar la soja con la reencarnación, ni a los animales con nuestros antepasados... No mezclemos las cosas, porque nos mareamos. Es verdad que a veces es saludable tomarse un buen alka-seltzer después de comer un churrasco; pero de eso, al cáncer...CATHOLICNET

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